Por: Torres, C.
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La reciente ofensiva aérea de Israel en el sur y este de Líbano ha dejado un saldo alarmante de 325 muertos y 1.200 heridos, según informó el canal Al Mayadeen, citando al Ministerio de Salud libanés. Entre las víctimas, el ministro de Salud en funciones, Firas Abyad, destacó la trágica pérdida de 21 niños y 39 mujeres, así como la muerte de varios miembros del personal de ambulancias que fueron alcanzados mientras intentaban evacuar a los heridos en medio de los bombardeos.
Este incremento en el número de víctimas marca uno de los episodios más graves para la población libanesa desde el final de la guerra civil que asoló al país entre 1975 y 1990. La escalada de violencia ha intensificado las tensiones en la región, generando una creciente preocupación internacional por las posibles repercusiones de este conflicto.
El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), Herzi Halevi, confirmó que este lunes por la mañana se lanzó una operación ofensiva a gran escala contra objetivos de Hezbolá, describiéndola como una acción "proactiva" para neutralizar la infraestructura militar que el grupo chiita ha estado construyendo durante las últimas dos décadas. Halevi, hablando desde el centro de operaciones subterráneo de las FDI, subrayó que estos ataques son esenciales para permitir el regreso seguro de los residentes del norte de Israel, quienes han sido desplazados por la constante amenaza de Hezbolá.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, también se dirigió a los civiles libaneses, instándolos a evacuar cualquier área que haya sido marcada como objetivo por las FDI. Afirmó que la ofensiva no está dirigida contra la población libanesa, sino contra Hezbolá, al que acusó de utilizar a los civiles como "escudos humanos" al almacenar cohetes y misiles en zonas residenciales, apuntando estos directamente hacia las ciudades israelíes. "Por favor, salgan del peligro ahora. Una vez que nuestra operación haya terminado, pueden regresar a salvo a sus hogares", declaró Netanyahu, justificando la necesidad de eliminar estas amenazas.
La ofensiva israelí ha sido masiva, destruyendo más de 1.100 objetivos de Hezbolá y utilizando más de 1.400 municiones contra instalaciones que, según Israel, representaban una amenaza directa. Estos ataques han destruido depósitos de armas, drones y otras infraestructuras críticas del grupo chiita.
La situación en Líbano sigue deteriorándose, con un alto costo humanitario y un futuro incierto para los civiles atrapados en medio del conflicto. La comunidad internacional sigue el desarrollo de estos eventos con creciente preocupación, conscientes de que esta escalada podría desestabilizar aún más una región ya frágil.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Foto portada: AFP